- Expertos analizan los riesgos de la propuesta del alcalde de Valencia para dotar de uso ciudadano el lecho del río
- Joan Ribó plantea un corredor verde con uso lúdico en el nuevo cauce del Turia
Cristóbal Toledo - El Mundo - 21 oct. 2018
El nuevo cauce del Turia convertido en un corredor verde, capaz de conectar el Parque Natural del Turia con el Parque Natural de l'Albufera y, a la vez, servir de espacio lúdico para los vecinos. La idea la sembró el alcalde de Valencia, Joan Ribó, en el pasado Debate del Estado de la Ciudad. Además, apuntaló la viabilidad del proyecto con actuaciones similares desarrolladas por otras ciudades como Madrid con el Manzanares, Lleida con el Segre y, sobre todo, Barcelona con el Besós. Este último ejemplo, insistían fuentes municipales, es el espejo en el que quiere mirar el alcalde para poner en marcha su plan: la renaturalización de un río con una intervención muy sencilla (césped, un espacio para caminar y un carril bici) que, además, puede cerrarse al público ante avisos de situaciones hidrológicas extraordinarias. Es decir, la posibilidad de desalojar todo el espacio si se produce un episodio de gota fría como el que se dio en la ciudad de Valencia el jueves y el viernes.
El nuevo cauce del Turia convertido en un corredor verde, capaz de conectar el Parque Natural del Turia con el Parque Natural de l'Albufera y, a la vez, servir de espacio lúdico para los vecinos. La idea la sembró el alcalde de Valencia, Joan Ribó, en el pasado Debate del Estado de la Ciudad. Además, apuntaló la viabilidad del proyecto con actuaciones similares desarrolladas por otras ciudades como Madrid con el Manzanares, Lleida con el Segre y, sobre todo, Barcelona con el Besós. Este último ejemplo, insistían fuentes municipales, es el espejo en el que quiere mirar el alcalde para poner en marcha su plan: la renaturalización de un río con una intervención muy sencilla (césped, un espacio para caminar y un carril bici) que, además, puede cerrarse al público ante avisos de situaciones hidrológicas extraordinarias. Es decir, la posibilidad de desalojar todo el espacio si se produce un episodio de gota fría como el que se dio en la ciudad de Valencia el jueves y el viernes.
A la defensa del proyecto se ha sumado también la Conselleria de Medio Ambiente, desde donde no ven demasiados inconvenientes para la materialización de un proyecto como el que tiene en mente Ribó. Es más, el director general de Medio Natural y Evaluación Ambiental de la Generalitat, Antoni Marzo, indicó que el problema residiría en cómo «armonizar la función como área de drenaje del territorio» que tiene el nuevo cauce del Turia con la función «ecológica que tendría que cumplir» la nueva zona verde «como cualquier otro río».
María José Viñals es profesora del Departamento de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València y cree que dotar de uso ciudadano el nuevo cauce sería muy complejo si no imposible. Y más, teniendo en cuenta que la CHJ suele ser muy estricta con la colocación de cualquier instalación que pueda frenar el curso del agua por muy ligera que sea. «No creo que sea viable. Esta infraestructura fue construida contemplando un periodo de recurrencia de 400 años. Es decir, que pueda producirse un episodio excepcionalmente fuerte de lluvias durante ese tiempo. Pese a que permanezca seco la mayor parte del tiempo, su función es preventiva», apunta. Y colocar cualquier barrera al discurrir del agua por liviana que sea podría generar muchos problemas en caso de una nueva riada: «Dotarlo de uso público sería problemático». Para Viñals, sí que sería una opción conectar ambos extremos del cauce y establecer una protección como reserva de aves.
El nuevo cauce está dispuesto para albergar hasta 5.000 metros cúbicos por segundo y la avenida de 1957 arrastró 3.500 metros cúbicos. Las cifras darían cierto margen de actuación para el plan del consistorio, pero siempre pesaría la amenaza de un episodio más contundente que desbordara las previsiones. Por eso, Javier Esparcia, catedrático de Geografía de la Universitat de València prefiere ser prudente: «La infraestructura está pensada para evitar las inundaciones y cualquier otra cosa que no sea para lo que está proyectada es equivocarse», apunta.
También tiene dudas al respecto el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, Luis Sendra, quien insiste en que cualquier actuación sobre el lecho del nuevo cauce puede afectar al drenaje y entorpecer la evacuación de agua. Sobre la comparación con el Parque Fluvial del Besós, Sendra subraya que la diferencia radica en que en Barcelona hay un río mientras que en Valencia se construyó un cauce artificial de desahogo tras la riada de 1957 que anegó la ciudad.
Más optimista se muestra el presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, Mariano Bolant, quien cree que es prematuro evaluar si es factible o no acometer un proyecto como el propuesto por Ribó. Se trata, asegura, de una idea lanzada por el alcalde sobre la que habría que profundizar para determinar cuáles son exactamente las actuaciones que se contemplan. Bolant entiende que hay soluciones técnicas para solventar el problema expuesto sobre la capacidad de evacuación de agua aunque, eso sí, tendría un coste que habría que evaluar. En cualquier caso, Bolant no descarta el proyecto porque implicaría la creación de un nuevo espacio para la ciudadanía en una infraestructura con poco uso.
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