EL EXTRAORDINARIO FENÓMENO ATMOSFÉRICO QUE HA PROPICIADO LA ALERTA POR CONTAMINACIÓN EN VALÈNCIA


- Medio Ambiente asegura que es la primera vez que un anticiclón y una inversión térmica coinciden y se mantienen durante casi un mes en la capital valenciana.
- La conselleria descarta que el origen de la polución sea la quema de paja de arroz, como apuntaba el Ayuntamiento, ya que solo se produjo el 13 y el 17 de noviembre.

El Consistorio podría descativar entre este martes y miércoles el nivel 2 de alerta ante la previsión de cambios meteorológicos que pueden dejar lluvias.

Carlos Navarro Castelló 28/11/2017 - Levante EMV
"Nunca antes en València habían coincidido durante tanto tiempo, casi un mes, un fenómeno anticiclónico y una inversión térmica". Así de rotundos se han mostrado desde la Conselleria de Medio Ambiente, tras analizar la información aportada por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM).

Fuentes del departamento que dirige la consellera Elena Cebrián han explicado que esta es la principal causa que ha propiciado unos altos niveles de polución que obligaron al Ayuntamiento a activar el pasado 22 de noviembre, por primera vez, el nivel 1 del protocolo de medidas a adoptar durante los episodios de alta contaminación por PM10, pasando dos días después a nivel 2, pero que sólo implica medidas informativas a la población.

En este sentido, han comentado que ambos fenómenos unidos evitan las brisas marinas que ayudan a renovar el aire y, por contra, favorecen el que las partículas PM10 permanezcan en suspensión y que cada vez se acumulen más.

Sobre las causas de este fenómeno atmosférico que, han insistido, nunca se había prolongado durante tanto tiempo en València, lo han achacado a "un efecto más del cambio climáico y el calentamiento global".

En cuanto a la procedencia de las partículas contaminantes, han negado rotundamente que sea consecuencia de la quema de paja de arroz: "tan solo se autorizaron los días 13 y 17 de este mes, y tan solo se detectó una quema ilegal en Silla por la que se ha abierto expediente, por tanto, es imposible".

Así, desde la conselleria han explicado que, aunque las quemas de los mencionados días pueden haber afectado, el origen fundamental de las partículas PM10 son las diferentes obras que se están realizando en València y su área metropolitana, unido a las emisiones de los polígonos industriales.

Han añadido que "el movimiento del tráfico rodado, además de emitir también partículas, hace que el poso se remueva y eso es lo que ha hecho saltar las alertas de los medidores".

200 quemas ilegales en octubre

En cuanto a la quema de paja de arroz, las mismas fuentes han asegurado que seguirán sin autorizarse mientras esté activada la alerta, se mantenga la inversión térmica y mientras los vientos sean del sur o del este, ya que meten el humo hacia el interior de la ciudad.

Además, han asegurado que las autorizaciones de las quemas van en función de la previsión meteorológica de cada día. Así, en octubre, cuando las condiciones eran adecuadas y se dieron más permisos, se detectaron 200 quemas ilegales por las que se han abierto expedientes que podrían acabar en sanción: "no se trata de multas, sino de minoraciones en las ayudas europeas", han afirmado.

El Ayuntamiento podría desactivar la alerta

El nivel 2 de alerta por contaminación decretado por el Ayuntamiento de València podría desactivarse en las próximas horas.

Al respecto, fuentes municipales han informado de que los datos están mejorando poco a poco y que van a esperar por precaución para ver si la tendencia a la baja se confirma.

Además, han recordado que la previsión meteorológica es favorable y que incluso podría llover esta semana, lo que contribuiría a eliminar las partículas de PM10.




La peor sequía en 20 años en España: ¿escasez o mala gestión del agua?

Los embalses están solo al 37% de su capacidad - Se abre el debate sobre el destino de los recursos

A. Romero 28.11.2017 | Levante EMV
España afronta la sequía más grave de las dos últimas décadas y las alarmas comienzan a encenderse mientras el fantasma de las restricciones amenaza ya a las grandes ciudades. Vigo, por ejemplo, dejó de baldear las calles y redujo el riego de jardines en octubre, y ahora calcula que solo dispone de agua para menos de tres meses.

Mientras tanto, y a la espera de las precipitaciones, el nivel de los embalses sigue bajando en todo el país, dejando estampas insólitas. Pueblos anegados por el agua de los pantanos desde años atrás afloran de nuevo a la superficie como testimonio de una situación extrema que afecta a todas las cuencas hidrográficas.

"Muy seco". Este es el balance glogal en toda España del año hidrológico, que abarca del 1 de octubre al 30 de septiembre. Fue el octavo con menos precipitaciones desde 1981, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), aunque no fue así en todas las zonas.

El periodo se cerró con una media de 551 litros por metro cuadrado para el conjunto de España, un 15% de déficit respecto al valor normal (648 litros por metro cuadrado).

Las cantidades acumuladas son inferiores al valor normal en gran parte de España y no alcanzan ni el 75% del valor normal en Galicia, en el norte de Castilla y León, en gran parte de Asturias y de Cantabria, y en diversas áreas de Extremadura, Andalucía y Canarias.

Por el contrario, las precipitaciones han superado a las normales en una extensa área que abarca el sureste y levante peninsulares, en zonas del centro de Aragón, en el este de La Rioja y en el sur de Navarra, así como al oeste de Madrid y Toledo o diversas zonas de Andalucía y Baleares.

Finalmente, en áreas del sureste peninsular y en el sur de Mallorca las precipitaciones han superado el valor normal en más de un 50%, según los datos de la Aemet.

Pero el problema global de la sequía se ha intensificado en el nuevo año hidrológico. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el 1 de octubre hasta mediados de noviembre ha sido de 48 litros por metro cuadrado, lo que representa un 57% menos que el valor normal de este periodo, de 113 litros.

Así, en esta última semana la cantidad de agua acumulada en los embalses caía ya al 37% de su capacidad, frente al 48,1% en estas fechas en 2016.

La sequía se produce cuando las precipitaciones en un periodo determinado son inferiores a las registradas como normales y afectan a los recursos hídricos, afectando a la agricultura y la otras actividades humanas.

La gestión del agua: ¿factor clave de la sequía en España?

La gravedad de la situación ha hecho que las miradas se vuelvan hacia la gestión del agua. Algunas voces han apuntado, como ejemplo, a los datos de las cuencas del Segura y el Júcar. Aquí la situación es acuciante pese a que el balance hídrico es positivo respecto a los datos del pasado año.

Aunque es cierto que el volumen depende también de otras cuestiones, como la evapotranspiración y la humedad del suelo, para los ecologistas no se trataría de una situación clara de sequía hídrica, sino de una sobreexplotación de los recursos, sobre todo para el regadío, al que se dedica la mayor parte del volumen embalsado. Según la última encuesta del INE sobre el uso del agua por sectores, de 2015, el regadío absorbe el 84,3% del agua, mientras que la población y la industria consumen en el 15,7% restante.

En este sentido, la ONG Ecologistas en Acción ha instado al Ministerio de Agricultura y Alimentación, Pesca y Medio Ambiente que establezca límites al uso agrícola para no poner en riesgo el abastecimiento de agua a numerosas poblaciones en los próximos meses.

En el fondo de la cuestión está el peso de la industria agroalimentaria, que explota los recursos acumulados para producir cada vez más cereal o arroz y también frutas y hortalizas, que son los que más agua consumen. Por eso, Ecologistas en Acción llama a "adaptar las demandas, previendo que el uso de los recursos en periodos de pluviometría media o alta deje margen para asegurar reservas suficientes en periodos de sequía".

Un fenómeno recurrente sumado al cambio climático

La sequía de este año, pese a las alarmas, no es una situación infrecuente en España, aunque se teme que estos periodos puedan agravarse como consecuencia del cambio climático. Según Aemet, desde 1981 hasta la fecha España ha vivido doce periodos de sequía. Y, en seis ocasiones, el volumen de agua embalsado ha bajado del 41,2%.

Para Ecologistas en Acción, es posible que España esté entrando en "un nuevo periodo plurianual de sequía (periodos que son propios de nuestro clima, y que se producen cada cierto tiempo), aunque agravado por los efectos del cambio climático".

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