CLAMOR CONTRA LA "EUROPA FORTALEZA"


- Centenares de personas se unen en defensa de los derechos humanos de las personas migrantes

Sandra Urbina | València 26.02.2018 | Levante EMV
«A desalambrar», que decía el cantautor uruguayo Daniel Viglietti. «A desmantelar las concertinas que desgarran la carne y los derechos humanos de miles de personas al año», clamaron las más de 60 organizaciones que se sumaron ayer en València a la protesta nacional «No a la Europa Fortaleza, los Derechos Humanos no se negocian», convocada por tercer año consecutivo para «recordar una realidad olvidada».

Cientos de personas se concentraron en la plaza de los Pinazo, frente a la sede de la Delegación de Gobierno en la Comunitat Valenciana, para llegar, finalmente, a la puerta azul del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, donde las personas migrantes «acaban encerradas por un máximo de 60 días, después de haber sido víctimas de redadas racistas», denunció la activista Rosario Polito (Asociación Intercultural Candombe).

Y llegaron hasta allí con proclamas en la mano que denunciaban al Mar Mediterráneo como el «segundo mar muerto». Pancartas que acompañaron con cánticos: «Ningún ser humano es ilegal», «Mujer refugiada, doblemente maltratada».

Y gritaron porque más del 90 % de las mujeres son violadas en la ruta migratoria; porque, en lo que va de año, 414 personas perdieron la vida intentando llegar a Europa (98 de ellas tenían como objetivo España); porque en 2016, el año más mortífero, según datos de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), se ahogaron 5.000 personas en el mar, una media de 14 personas al día, denunció ayer Grisella García (Casa Camerún).

«Mientras tanto, Europa se blinda. Hemos apoyado acuerdos ilegales con terceros países 'no seguros' como Turquía o Libia (que auspicia la esclavitud)», declaró.

Papa Balla, miembro de Jarit y vicepresidente del Consejo de Inmigración del Ayuntamiento, denunció: «No hay base humana». Y no la hay porque, dijo, la gente no se pregunta por qué la gente pide refugio.

«En contraposición, se cubren, asustados, con una bandera que les esconda del genocidio que protagonizan las instituciones que les gobiernan», explicó Salvador Pérez, de Obrim Fronteres.

Y lo dijo después de que Abdul, refugiado en València, pidiese a los manifestantes que «no dejasen de gritar por la justicia», por las miles de personas que, como él, se esconden en los bosques de las fronteras huyendo de la brutalidad policial.

Y es que «son bolsas de basura», lamentó Bibian. Ella, prostituta, explicó que su «madre la parió libre». Aún así, dijo, no se «queja» porque sus clientes le aseguran que «es mejor vivir así que morir de hambre». Porque «la libertad sigue siendo el privilegio de unos pocos».

Concentraciones estatales

A València se unieron también A Coruña, Alicante, Almansa, Bizkaia, Ceuta, Ciudad Real, Córdoba, Donosti, Elx, Ferrol, Guadalajara, Iruñea, Huesca, Logroño, Madrid, Málaga, Menorca, Murcia, Oviedo, Santander, Soria, Toledo, Vigo y Vitoria-Gasteiz. Más de 20 ciudades que se unían para alzar la voz contra las políticas migratorias y la esclavitud.

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