ASÍ AFECTARÍA A VALENCIA LA ROTURA DE LA PRESA DE LORIGUILLA

Los operarios recuperan piedras durante los trabajos de desescombro de Los Silos.

El Ayuntamiento aprueba hoy el Plan contra Inundaciones e incluye las instalaciones que dañaría una riada por un desembalse

PACO MORENO Jueves, 20 septiembre 2018, Las Provincias
¿Que pasaría en Valencia ante una rotura de la presa del embalse de Loriguilla? La pregunta tiene respuesta y se incluye en el Plan Municipal de Prevención de Inundaciones, que hoy se aprobará en la Junta de Protección Civil. El documento facilitará una mayor coordinación con la Generalitat, detalla las zonas inundables de la ciudad y cuenta los recursos de Bomberos y otros departamentos para hacer frente a las emergencias.

El Protocolo de Actuación Municipal por accidente o rotura de Presa se encuentra en uno de los anexos del plan. El embalse tiene una capacidad de 73,21 hectómetros cúbicos y Valencia se sitúa en la llamada 'zona de alerta', junto con otras cuatro poblaciones de l'Horta. En una situación más delicada se encuentra obviamente los municipios cercanos a la presa.

Por esta razón, en las hipótesis que formulan los técnicos y se incluyen en el plan, se habla de media docena de instalaciones esenciales que quedarían dañadas de manera significativa. Se trata de una subestación eléctrica, la más cercana a la presa, a 70,8 kilómetros. También un puente del ferrocarril de acceso a Paiporta, así como una infraestructura similar a la altura de Benetússer, el puente del AVE, un tramo de la A-7 y, en general, término municipal de Valencia.

El protocolo fija tres posibles escenarios, siendo el peor el que obligaría a la evacuación de población, coordinada por la Generalitat y la Guardia Civil, en lo que se refiere esto último a la gestión de las carreteras. La concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, destacó ayer que han estado trabajando «desde hace meses en la elaboración del plan contra inundaciones», para rechazar las críticas de esta semana del grupo Ciudadanos por el retraso en su aprobación. «Le dimos prioridad al plan de prevención de incendios forestales, que ya tenemos aprobado, y ahora haremos lo mismo con este documento», dijo.

La próxima actuación en este sentido será un nuevo Plan Territorial de Emergencias para Valencia, con el propósito de actualizar el vigente desde 1982. «Ha pasado mucho tiempo y han cambiado bastantes cosas», comentó. La Generalitat había pedido desde 2015 que se pusiera en un documento todos los escenarios en caso de inundaciones.

El plan que se prevé aprobar hoy tiene numerosos antecedentes históricos. En el caso de las inundaciones sufridas en la ciudad, enumera las principales desde 1957, la más conocida por el efecto que tuvo tanto en la población como en la transformación posterior de Valencia.

Así, se cita una ocurrida sólo un año después, en noviembre de 1958, que inundó sobre todo calles del distrito Marítimo. En septiembre de 1961, el crecimiento del Turia llenó el cauce «de parte a parte», mientras que en 1963 se alcanzó la cifra de dos metros de agua en el túnel de Germanías durante unas fuertes lluvias. En 1971, una subida de caudal obligó a poner en marcha por primera vez el nuevo cauce y en octubre de 2007 se produjeron las últimas inundaciones más significativas en el 'cap i casal'.

El procedimiento de actuación por la rotura de la presa de Loriguilla es lo más llamativo del protocolo de emergencias, aunque otros capítulos del plan desvelan los lugares de la ciudad más sensibles a inundaciones durante episodios de gota fría o lluvias torrenciales.

En resumen, la población que vive en zonas inundables asciende a 7.274 vecinos y el incremento del nivel del agua afectaría a 17 equipamientos públicos, 29 kilómetros de carreteras y ocho áreas propensas por su cercanía a barrancos o el parque natural de la Albufera.

La red de colectores de Valencia se ha diseñado con un retorno de 25 años, es decir, las cifras más altas de precipitaciones en este periodo. De este modo se estructura una capacidad durante diez, cuarenta y sesenta minutos con unos aforos de 21, 60 y 75 litros por metros cuadrados en esos plazos de tiempo. Cuando se sobrepasan esos valores, las tuberías se colapsan.

El documento esencial que sustenta el protocolo que se aprueba hoy es el Patricova, donde se definen las zonas inundables y que sirve de referencia para la elaboración de los planes urbanísticos. Distingue hasta seis niveles de peligrosidad dependiendo de la cercanía a los barrancos y otras condiciones del terreno, es decir, su orografía. Todo está en función de las probabilidades de una inundación.

¿Cuáles son las zonas inundables en Valencia? Una pequeña parte de Massarrojos, la Malvarrosa, la Carrasca y la parte norte del barrio de San Lorenzo, esto último junto a San Miguel de los Reyes. También El Palmar, El Perellonet, Faitanar y Rafalell y Vistabella. Todo el recorrido del jardín del Turia está catalogado también por razones obvias pese a la presencia del nuevo cauce.

Esto último explica por ejemplo que no se puedan levantar edificaciones en el jardín del Turia, lo que está prohibido por las ordenanzas. La Ciudad de las Ciencias se levanta en unos solares anexos, fuera de esa restricción, aunque el complejo cultural fue víctima de unas inundaciones hace unos años, cuando se inundaron las plantas de sótano al desbordarse un colector.

La relación de zonas inundables se completa con Castellar-Oliveral, Pinedo, Sant Pau, El Saler, Borbotó, Carpesa y Poble Nou. En estas zonas se sitúan las dotaciones públicas afectadas por unas inundaciones, que serían tres colegios, un retén de la Policía Local, un centro de salud y dos parques de Bomberos. También cuatro estaciones depuradoras, dos gasolineras y cuatro Bienes de Interés Cultural relacionados con el lago de la Albufera.

El último de los apartados corresponde a las infraestructuras, con 29 kilómetros de carreteras, un kilómetro de la línea de alta velocidad, dos de ferrocarriles y un total de 15 de líneas eléctricas. Bomberos y otros servicios de Emergencias tienen con el plan la localización exacta de todos los lugares sensibles, finalizó la concejala Menguzzato.

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